sábado, 1 de diciembre de 2012

Recordando Los Alpes.

Hace dos veranos hicimos un viaje que llevábamos en mente hace bastante tiempo. Los Alpes. Yo era la cuarta vez que iba pero no podía ser que el resto de la manada no conociera aquellos andurriales más que por las historias que yo les contaba. La combinación de factores estaba condenada al éxito. Furgo, montañas y toda la familia primaria reunida.

Quizá el tiempo podía haber un poco más benévolo (no había visto llover tantos días y tan a lo bestia en mi vida) pero los paisajes merecieron la pena y las anécdotas son de las que recuerdas una y otra vez mezclando sonrisas con una pizca de nostalgia.

No voy a enrollarme demasiado, lo prometo.

Pont-en-Royans. Un sitio alucinante en los estrechos del Vercors. Íbamos a quedarnos a dormir allí pero el calor y la humedad por la proximidad del río hicieron que continuáramos camino hasta Villard-de-Lans.


El camping L'Oursiere de Villard-de-Lans. Ya había estado allí hace unos años y fuimos a lo seguro.

Desde Villard-de-Lans se puede subir al Pic de Saint Michel.

Es una ascensión sin dificultad pero bastante larga. Calorazo en la cumbre y vistas sobre Grenoble.


El camping L'Oursiere era bastante carillo y decidimos buscar una alternativa pirata. Encontramos un polideportivo abandonado que compartimos con más furgoneteros.


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Siguiendo ruta. Nos fuimos para L'Alpe d'Huez. El paraíso de los bicicleteros. Allí ellos tenían la preferencia. La verdad es que hay que estar en forma para atreverse con las rampas que había.

Ese mismo día llegamos a Arsine, cerca de la estación de esquí de La Grave.

Es un lugar cercano al río y a los pies de una ferrata. No la hicimos pero tenía buena pinta.

... y aquí comenzó el infierno de la lluvia. Al día siguiente emprendimos ruta hacia Chamonix por el  Galibier... y como dirían  Asterix y sus colegas, "el cielo se cayó sobre nuestras cabezas". No había visto llover así nunca. Estilo tormenta de verano pero durante dos días sin tregua...

La reacción de los distintos compañeros (incluido yo) con los que he viajado a Chamonix ha sido siempre la misma. Bocas abiertas, ojos mirando a través de la ventanilla,... y cuando ven aparecer el Glaciar de Bossons. Todos acaban exclamando: "ALAAAAAA!!!"

La primera noche en Cham la pasamos en un camping a los pies del Bossons.  Nada de ruido. Quizá un poco húmedo para mi gusto pero agradable. Ivanovic, en este hemos estado.

Pasear por las calles de Chamonix es de todo menos aburrido. Gente de todos los idiomas, colores, condiciones... 

La siguiente noche nos fuimos del camping y aparcamos junto a una zona de escalada al lado del pueblo. El sitio está muy frecuentado por escaladores, escolares, o gente que quiere pasar un rato tumbado en la hierba.  Salen varios senderos desde allí mismo para hartarse de andar. Muy recomendable. Tiene bar al lado y servicios. Está junto al  Lac des Gaillands.

Otra panorámica del parking. Por la noche se lleno de furgoneteros. La gendarmerie paso por allí varias veces y no dijo nada. La caseta de la derecha es el bar. Lo gestionaba una pareja joven. Buena musiquilla para tomarte algo fresco.

Preparándonos para la cena.

Al día siguiente nos fuimos a la Mer de Glace. Todo el mundo cogía el trenecico pero nosotros al llevar a dos colegas peludos nos subimos andando. El camino es muy agradable, siempre entre bosques y no se hace pesado. Al llegar arriba vimos que del tren bajaban varios perricos.

L'amour y detrás Les Drus.

El paisaje era flipante. Quizá demasiada gente, pero es lo que tiene el verano. En cuanto pudimos nos apartamos un poco para poder hacer la foto de familia. 

Después de la pateada nos pusimos a buscar un lugar nuevo para pernoctar. Subimos  desde Chamonix  dirección Suiza y paramos en Le Tour. Elegimos el parking de la telecabina (gratis), pusimos los calzos a la "Vivi" por que tiene bastante inclinación y apañado.

Habíamos comprado unas hamburguesas en Chamonix tamaño brontosaurio para cenar esa noche. La verdad es que estaban espectaculares (sabor tres bien). De la grasilla que soltaron acabó prendiéndose fuego el hornillo. La cosa no fue a más. El hornillo intacto y las hamburguesas flambeadas. Güenismas maños, "Flambee Burguer a la Le Tour"!!!

Por la mañana nos despertó el bullicio de la gente que iba a pillar las telecabinas y nos dimos un paseo por la vertiente opuesta al glaciar de Le Tour para tener buenas vistas para hacer fotos. Me gusta cuando te pones objetivos como el encontrar un lugar chulo donde echarte a mirar el paisaje y desde donde poder hacer buenas fotos.

Nublo con el glaciar de Le Tour detrás. Nublico no te olvidamos.

No comment.

Cuando bajamos, el parking se había llenado de turistas y nos movimos para buscar un  sitio donde echar un bocado antes de  marchar a Suiza. Encontramos un sitio alucinante. Justo al otro lado de Le Tour y debajo (pero debajo, debajo) del glaciar.


Al llegar a Suiza de nuevo nos encontramos mal tiempo. Nuestras intenciones de subir el Breithorn se iban al  traste. Aparcamos en Sas Grund y nos fuimos a pasear por Sas Fee.

Después de dejarlo todo organizado nos fuimos de paseo a Sas Fee y de nuevo lluvias.


Sas Fee. El camino para ir a las telecabinas.

Al día siguiente pillamos el trenecito que sube a Zermat desde Tasch. Las predicciones se habían cumplido. Aguacero y sin opciones de subir al monte.

Paseando y disfrutando del fantástico tiempo alpino. Ni el Matterhorn se dejó ver por la nubes.

Cerveceando en Zermatt.

Dejamos Suiza (un poco careros los helvéticos) y pusimos proa hacia Italia y el Valle de Aosta. Pasamos por el  Gran San Bernardo. La intención era hacer noche arriba pero hacia mucho viento y decidimos bajar.

Hey gente!!

Llegamos de noche con el consiguiente cabreo de algún miembro de la expedición. Pero mereció la pena. El camping de Pont (o era Pons Barbara? ;) es el más alto de Italia y está en la entrada del Parque Nacional del Gran Paradiso. Buen tiempo. Naturaleza en estado puro.

L'Amore.

Siguiente parada, Courmayeur. La versión Italiana de Chamonix. Mucho más apacible. Recordando lugares visitados hace ya años.

La vertiente sur del Monte Bianco.

El pequeño San Bernardo y de camino a Francia de nuevo. El que recuerde una foto parecida de hace años que diga  OOOOHHH!!!

Panorama del Petit San Bernardo.

Siguiendo camino hacia la Vanoise a través del Col de L'Iseran

A 2.770 mts. el Col de L'Iseran es el paso asfaltado mas alto de Los Alpes.



Atravesando la Vanoise nos quedamos con las ganas de explorar aquella zona. Daba la sensación de ser unos Alpes distintos, con pueblecitos pequeños, estaciones de esquí reducidas, grandes bosques y turismo que escapaba de las masificaciones. Esa noche dormimos en La Fortaleza de Marie Therese, cerca de Modane.


Nublo quiere colaborar en la preparación de la cena.

Chera disfrutando del "pate de campagne".

Tiempo de descansar.

Por la mañana hicimos una ferrata en las inmediaciones de la fortaleza. Momentos bastante intensos. Respiración a tope y  con poco margen para  la equivocación.

Perspectiva de la ferrata desde el puente en el que acaba. Fijaos, se ven los puntitos de un grupo que iba detrás de nosotros.


... y a partir de aquí comenzó el retorno a casa. Guardo muy buenos recuerdos. La verdad es que ojalá pudiera repetir este viaje para revivir aquellos momentos.



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