miércoles, 18 de febrero de 2009

Formigal, el hormiguero.

El otro día casi tengo que irme de la montaña... si, se que suena raro, pero es cierto.
El sábado, me fui para el Valle de Tena con la sana intención de hacer un poco de ejercicio... Las fuertes nevadas caídas últimamente unidas a rachas de viento hacían que la estabilidad del manto fuera bastante dudosa (o por lo menos eso se esforzaban en dejar claro desde todos lo medios de comunicación)... por lo que decidí el realizar mi actividad reduciendo riesgos... foqueando por la orilla de las pistas de Formigal, en la zona que ellos han llamado Portalet ( y que se llama Espelunziecha). Sin molestar, sin hacer ruido, pasando inadvertido,...algo que entró en conflicto con las bulliciosas pretensiones de todos los practicantes de esquí alpino que, durante las dos ultimas semanas, habían estado viendo a todas horas por la TV los temporales árticos que azotaban la península. Preparados, con los cantos de sus tablas bien afilados, en cuanto el sol lanzó sus rayos sobre sus cabezas, corrieron en tropel, cargaron sus vehículos y ala! a esquiar se ha dicho... la cantidad de individuos ávidos de deslizarse por las laderas podría calificarse de... brutal. Ojo al dato! Ninguno de lo aparcamientos de la estación tenía plazas libres, la carretera había reducido su anchura considerablemente debido a las nevadas y a la zona de la frontera con Francia tenia un único carril con lo que el aventurarse a buscar un sitio allí era jugársela a tener que hacer el recorrido de vuelta marcha atrás... tras la aventura de buscar un sitio en un parking/hormiguero (Formigal significa hormiguero en aragonés, que bonita paradoja) atestado y hacer una pirula delante de la Guardia Civil con bronca incluida y sugerencia de que me fuera a casa, me veo obligado a estacionar en un rotonda! (cosa que me propone una agente de la Benemérita).
Una vez superado estoicamente el trance (bueno algún grito ya hubo), y de prepararme para disfrutar de mi jornada de esquí de montaña, atravieso el parking con mis tablas en la mochila. El momento en el que me calzo los esquis es liberador, intento olvidar todo lo que había pasado para poder llegar a esta situación y concentro mis esfuerzos en coger un ritmo constante. Las oleadas de esquiadores y snowboarders amenazan con no dejarme disfrutar al 100% e intento acelerar el paso para salir de aquella situación lo antes posible (que por otro lado yo me he buscado, masoquismo quizá?). Iba yo absorto en mis pensamientos al compas de mi respiración, cuando algo hizo romper esa cadencia místico-aeróbica. Traído por el aire hasta mis orejas un comentario resonó,... "ese sube así por la crisis", no podía creérmelo, busque con la mirada pero no pude identificar al autor de semejante frase,... me hubiera gustado ponerle cara para castigarle con mi indeferencia. Decidí acabar lo antes posible con aquello y centrarme en sacar provecho de una mañana que poco se podía exprimir ya. Al rato había dejado las pistas y avanzaba hacia un pico al que subía todos los inviernos varias veces cuando las pistas no devoraban aquel valle. Ahora si que podía sentarme y observar desde la altura las dimensiones de todo aquello...... Parecía como si nuestros ascentros hubieran planificado que aquello iba a ser un hormiguero ya hace siglos poniendo aquel nombre que jamas hubieran pensado que acabaría siendo tan apropiado. Formigal, el hormiguero.


Marmolada ski mountaineering in the Dolomites - scialpinismo in Dolomiti from Francesco Piardi on Vimeo.

Tan parecidos y tan diferentes, los valores que propugna el uno parece como si el otro quisiera echarlos por tierra...

2 comentarios:

Xavier Rusplans dijo...

Quizá no seas tan diferente de esos de las pistas. Tenías las mismas ganas de subir tras los frentes y las nevadas.
¿Nos vemos la semana que viene?
Te llamo

Jeremiah Johnson dijo...

Ya esta el Rafa! Siempre con ganicas de buscar las cosquillas! Hablamos.