domingo, 13 de septiembre de 2015

Un año y pico más tarde... al mal tiempo, buena cara.

No si es la mejor ocasión para retomar el blog. El caso es que he hecho varios intentos de hacerlo y las entradas se han quedado en meros borradores que no sé si serán publicados en algún momento. En fin, aquí estoy dispuesto a revivir a Jeremías Johnson y su blog.
Lo conseguiré?


Cuando empecé con esto de correr por el monte ya notaba que esto iba a ser una "enganchada" de las buenas. Me transmitía gran parte de lo que necesitaba en ese momento y ahora sigue haciéndolo un año y pico más tarde. Si en aquellas primeras salidas a correr por los montes de al lado de casa, me hubieran dicho cómo iba a evolucionar esa nueva manera de estar en contacto con la montaña no me lo habría creido. Habría respondido que sólo buscaba el estar en el monte, respirar y sentirme de alguna manera libre. Un año y pico más tarde resulta que esa forma de relacionarme con la naturaleza me ha llevado a afrontar retos que ni siquiera sospechaba que pudiera llevar a cabo.
El episodio más reciente (y sé que no será el último) de esta nueva manera de entender la montaña me ha dado pistas de lo que esto de correr entre ibones, atravesar collados, y bajar por laderas significa para mi.
Esto me ha dado fuerte, pero mucho... y además debe ser contagioso. Gente de mi alrededor, por lo que parece, ha acabado sintiéndolo de una manera que intuyo similar a como la siento yo y ha acabado dando pasos por los mismos senderos, cuestas y bosques.

Con Charly y Bárbara.

La otra pista esta directamente relacionada con lo que este sábado me ha sucedido. Me explico. Este sábado participaba en lo que iba a ser la carrera más larga en la que me había inscrito. TRAIL2HEAVEN, 48 kilómetros entre el Valle de Benasque y el de Luchón en Francia pasando por el Portillón de Benás y el Puerto La Glera. 2500 metros de desnivel positivos que me tuvieron bastante intranquilo los días anteriores. Ya de por si son ingredientes suficientemente importantes para no tomárselos a la ligera por lo que si además, añadimos como condimento una mala previsión meteorológica, la cosa toma un cariz "interesante" capaz de hacer replantearse la situación varias veces. No obstante allí estaba yo, en los Llanos del Hospital de Benasque, a las 8:30 de la mañana dispuesto a tomar la salida con un grupo de gente con la sana intención de disfrutar de frío, viento, granizo, lluvia, piedras resbaladizas y barro. No voy a hacer una crónica de la carrera ahora.

En la salida de Llanos del Hospital. Pistoletazo y granizada al canto.

Simplemente comentar que las peores previsiones de la meteo se cumplieron con creces, que acabé mojado de pies a cabeza y pasé mucho frío. La carrera se acabó para muchos de nosotros en el Km 20, en el Hospice de France. Por recomendación de la Gendarmería francesa, la organización decidió neutralizar la prueba en ese punto debido a las malas condiciones climatológicas de la subida al Puerto La Glera...

Bajando al Forau de Aigualluts desde el Cuello de la Renclusa

Las vistas desde un poco más abajo del Portillón de Benás.
En la bajada no dejó de llover en ningún momento.
 Dentro de esa nube está el Hospice de France.





El avituallamiento del Hospice.

...y aquí va la pista que nombraba antes. A pesar de no poder acabar, cosa que podría ser frustrante, las sensaciones, han sido con diferencia mejores que en ninguna de las carreras en las que he participado previamente. He descubierto que me gusta correr con frío e incluso con lluvia, funciono bien... y sobre todo he descubierto que incluso estando bajo esas malas condiciones, si eres capaz de esbozar una sonrisa, es que lo que estás haciendo te gusta mucho...

Mi dorsal.

Llegando a La Renclusa. Cortesía de Juanjo frutos.




1 comentario:

Unknown dijo...

👏🏼👏🏾👏🏼👏🏾👏🏼