Llegaste a nuestras vidas y te adaptaste sin exigencias. Una
nueva miembro de la manada que desde el primer momento nos diste todo lo que
tenías… y lo que tenías era amor y dulzura sin condiciones. Siempre un
lengüetazo preparado o el rabico moviéndose sin parar al vernos aparecer a
cualquiera de los tres. Esos aullidos que te levantan la moral cuando bajas la
escaleras por la mañana, tu mirada atenta a cualquiera de nuestros
movimientos. Gracias a ti los
momentos difíciles se han hecho más llevaderos.
4 añicos. Felicidades Chera. Eres la compañera perfecta.